viernes, 9 de octubre de 2009

EL OTOÑO EN MI CORAZÓN



...Cuando llega el otoño la nostalgia y la melancolía invaden mi corazón...En otoño de hace 23 años nos dejó la abuela y un año antes la había precedido el abuelo....
...Cuando pienso en ellos sólo siento una honda tristeza y las lágrimas brotan sin querer...sin proponermelo siquiera. Y es que, aunque ha transcurrido ya mucho tiempo, nunca he podido olvidar a los abuelos...Qué jugarretas nos gasta el destino...
...Yo idolatraba a la abuela y admiraba al abuelo. Desde que era muy niña, albergaron en mi corazón un sentimiento muy especial. Sufrí mucho cuando los perdí. Creo sinceramente que hasta tuve lo que la gente suele llamar una "crisis de fe". Los abuelos fueron para mí dos seres maravillosos...
...Siempre recordaré al abuelo en su cocina, nadando entre sartenes, y haciendo con mucho esmero y detalle, guisos caseros para la abuela...Yo lo llamaba, cariñosamente, papá-abuelo...Y a la abuela siempre arregladísima con su pelo azabache negro como la noche peinado de peluquería, sentada en su sillón mirando la televisión, y sus uñas con una manicura impoluta...
...Cuando se marcharon, como estrellas fugaces, al firmamento infinito, yo apenas era una niña que todavía creía en los cuentos de hadas y en príncipes azules y que vivía enamorad de las Rimas de Gustavo Adolfo Béquer. Mi vida era en aquel entonces tan perfecta y tan bonita...Pero también tan frágil como una copa de cristal de murano que se rompe en mil pedazos irreconstruibles al menor golpe. Eso precisamente fue lo que sentí en mi interior cuando los abuelos marcharon: algo se quebró muy dentro de mí. Y nunca más tuve la misma alegría de antes... y no dejaba de torturarme pensando cómo había podido ser tan tonta de creer que los abuelos vivirían siempre...
...Abuelo, a tí siempre recordaré tu gran sentido del humor, tus bromas y trucos de magia, tus condecoraciones, tus riquísimas recetas, tus caramelos pictolines y tu elegancia al salir a la calle siempre con traje, sombrero y bastón...
...Abuelita no te olvidaré jamás. Estás dentro de mí y conmigo irás a donde quiera que yo vaya...En los últimos tiempos no hablabas, no podías articular palabra, pero siempre supe leer en tus ojos lo que sentías...Ojalá no te hubieras ido tan joven, porque ahora es cuando más te necesito y cuando más quiero compartir mi vida contigo abuela...
...Recuerdo una vez siendo yo muy pequeña todavía, que estaba sentada en casa muy triste y preocupada porque mamá mhabía quitado de la guardería y a los pocos días entraba por primea vez en mi vida a un colegio de verdad. Aquello me parecía iun obstáculo en mi corta existencia muy difícil de salvar. Tenía mucho miedo porque, de niña, siempre fuí muy introvertida y muy tímida...me daba verguenza de todo, hasta de hablar...Por la tarde los abuelos vinieron a casa yh la abuela al verme tan afligida me cargó en sus brazos y me dijo: -"¿Qué es lo que te pasa?. Todo tiene solución menos la muerte, no tienes que llorar por nada". Entonces yo le respondí: -"Abuela dentro de poco voy a ir al colegio y no conozco a nadie ¿y si lo hago todo mal?". De nuevo la abuela habló: -"No lo vas a hacer mal. si todas las demás niñas pueden, ¿por qué tú no? Tienes que tener fe en dios y en tí misma."
...Aquella conversación se quedó para siempre en mi memoria, dejó huella en mi pequeña mente infantil todavía por hacer...Y cuánta razón tenía la abuela que con su aparente simpleza me había transmitido en dos palabras lo que es la auténtica esencia de la vida: la Fe que mueve montañas...
...Una de las sensacionesmás maravillosas que he experimentado a lo largo de estos 37 años de vida en este destartalado carrusell de emociones, es un fuerte abrazo de mis abuelos...
....Es hermoso y emocionante ver el brillo de los ojos de un bebé, pero perderse en la cálida mirada de un abuelo es algo grandioso....
....Sí, tristeza y melancolía, hojas que se caen y las primeras lluvias tras los cristales...aún así quiero vivir muchos otoños...tantos como el cuerpo aguante...


Mariposita

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